domingo, 22 de noviembre de 2009

La modernización y la diversidad: Rastros en sociedades subdesarrolladas

Por: Ana Rojas Viñales

Universidad de Chile, Facultad de Ciencias Sociales
Departamento de Sociología
Magíster en Sociología de la Modernización
Teoría de la Modernización II
Prof. Manuel Antonio Garretón


“¿No vivimos en una sociedad mundializada, globalizada, que invade todas las partes de la vida privada y pública de la mayor cantidad de personas? ¿Podremos vivir juntos?… ya vivimos juntos” (Touraine, 1997)1

Vivimos juntos, pero a la vez fusionados y separados como en la “muchedumbre solitaria” y cada vez somos capaces de comunicación[2]. El hecho de que exista diversidad de culturas conviviendo en un mismo espacio geográfico, no garantiza que se respeten las libertades personales de las minorías, así como que estas logren afirmar su identidad y se relacionen con el resto de la sociedad.

Las diferencias de las sociedades combinan diversidad de personalidades y culturas y para que logremos vivir juntos “iguales y diferentes” debemos poner en el centro de nuestras reflexiones al sujeto personal.

La modernidad trae consigo la aparición de muchos riesgos que ponen en peligro la vida, como la convivencia de las personas, porque se refiere a la explotación de los recursos naturales, en forma desmedida muchas veces, y por otro lado, la violación de los derechos y la integridad de los grupos, especialmente las minorías.

En todos los países dentro del proceso de desarrollo, el Estado cumple el papel de agente central del crecimiento[3] y la justicia; sin embargo, este sufre la internacionalización de la economía, teniendo en cuenta que las relaciones con las economías internacionales son una realidad indiscutible, y por otra parte, la fragmentación de las identidades culturales, ya que conviven conjuntamente grupos distintos en ideologías, creencias, culturas y origen.

Para que estos grupos vivan “juntos” se necesita que se busque combinar libertad, para sus prácticas identitarias, siempre que no afecten la integridad de los demás grupos; con la igualdad, los deberes y derechos que garanticen que sean tratados en las mismas condiciones de respeto. El Estado, sin importar el régimen político, debe ser el promotor de la democracia política y la diversidad cultural fundadas en la libertad del sujeto[4].

El “actor” que convive con otros actores “iguales a él”, en o las mismas o distintas condiciones, realizan esfuerzo común para constituirse como sujetos[5]. Estas relaciones no son relaciones sociales corrientes, son relaciones en las cuales se busca constituir mecanismos de negociación e intercambio, no solo en el sentido económico, sino en el sentido social de intercambio de experiencias.


El individuo y el sujeto
“Sujeto, es el actor definido por su capacidad y voluntad de actuar en relación con las ofertas del mercado o el orden del poder comunitario.[6] (Touraine, 1997)

El sujeto[7] no es un alma en el cuerpo o el espíritu de los individuos, sino que es la búsqueda, emprendida por uno mismo, de las condiciones que le permitan ser actor de su propia historia. Y lo que motiva esa búsqueda de la propia historia es el sufrimiento provocado por el desgarramiento y la pérdida de identidad e individuación.

El sujeto es el deseo del individuo de ser un actor. La subjetivación es el deseo de individuación, y ese proceso solo puede desarrollarse si existe una interfaz suficiente entre el mundo de la instrumentalidad y el de la identidad[8].

Así es que la política moderna, en su afirmación central, hizo del hombre, un ciudadano y luego un trabajador. La organización racional de la sociedad debe permitir el libre desarrollo de todas las necesidades; lo individual y lo colectivo deben corresponderse perfectamente[9], para que este sujeto – actor, en la búsqueda de su historia, sea capaz de constituirse a si mismo.

Durkheim y Weber (cit. Touraine) consideraron que la racionalización de la sociedad industrial estaba cargada tanto de peligros como de esperanzas. Tanto los peligros como las esperanzas de la racionalización involucran muy de cerca al sujeto y a la colectividad o grupo en el que se encuentra. La idea de nación dejó de designar la colectividad de los ciudadanos libres, los individuos, para denominar la búsqueda de una identidad colectiva e histórica[10]. Esta identidad de un grupo es la que se conecta con las otras identidades con las que se interactúa diariamente.

El individuo se hace libre, al identificarse con la comunidad de los ciudadanos libres, esta afirmación no aporta ninguna respuesta a las situaciones realmente vividas. La personalidad, en una sociedad que tiende a organizarse a partir del consumo, no tiene principio de integración. La sociedad descansaba sobre la adquisición de imágenes del tiempo y del espacio fuertemente asociadas una a otra, hoy, al contrario, nos vemos cada vez mas privados de espacio y tiempo socialmente definidos[11].

Cada vez resulta menos posible situar a un individuo, primero y luego al sujeto, constituido racionalmente, en una escala de calificación y aún de autoridad, porque lo que lo define mejor es su posición en un mercado, vale decir sus posibilidades de manejar el cambio o al contrario, de ser víctima de él.


El sujeto y la modernización
“La miseria es jerárquica, el smog es democrático” [12] (Beck, 1998)

Dentro de la globalización y la modernización, procesos por los cuales los países transitan obligatoriamente, el orden es reemplazado por el cambio como marco del análisis y la acción social. Este campo de acción estratégica es un conjunto constantemente cambiante de posibilidades, oportunidades y riesgos[13].

Estas formaciones globales en la actualidad tienen un carácter muy diverso, tanto en lo social como en sus órdenes normativos[14]. La modernidad y la globalización traen consigo la aparición de peligros y riesgos vinculados al uso de la tecnología, la ampliación de los conocimientos y la explotación de los recursos naturales. La internacionalización de la tecnología y la información amplía todas las oportunidades de las personas, pero, así también, las expone a situaciones riesgosas y que muchas veces no aseguran el respeto a las individualidades y diferencias culturales e ideológicas.

La especificidad de las prácticas actuales como el caso de la formación del mercado global de capitales, el régimen mundial de comercio y la internacionalización de la producción industrial y de las capacidades que posibilitan estas prácticas.[15] Todo esto, nos arrastra a un ritmo de vida cada vez más acelerado y menos tolerante, en el que aquel que no acepta este movimiento simultaneo y que marea, no puede llegar a formar parte de la sociedad mundial, al contrario, se estanca y se aleja de la convivencia compartida.

Como testigos, sujeto y objeto, que somos, presenciamos una fractura dentro de la modernidad, la cual se desprende de los contornos de la sociedad industrial clásica y acuña una nueva figura, a la que aquí llamamos “sociedad (industrial) del riesgo”[16]. Este riesgo, es lo más democrático que podemos conocer, está igualmente distribuido para todos, sin importar la clase social o el origen étnico.

En la modernidad avanzada, la producción social de riqueza va acompañada sistemáticamente por la producción social del riesgo.[17] La idea de desarrollo que solo abarca el aspecto económico del crecimiento necesariamente conlleva la explotación de los recursos y la naturaleza, degradándolos y, consciente o inconscientemente, producción industrial está acompañada de un universalismo de los peligros, independientemente de los lugares de su producción.[18] Esta es la idea más democrática de la que estamos próximos, “el modelo de reparto de los riesgos de la modernización: éstos poseen una tendencia inmanente a la globalización”.


La modernización y la naturaleza
“La sociedad del riesgo es una sociedad de las catástrofe”[19] (Beck, 1998)

“La naturaleza ya no puede ser pensada sin la sociedad y la sociedad ya no puede ser pensada sin la naturaleza”. La transformación de las amenazas civilizatorias de la naturaleza en amenazas sociales, económicas y políticas del sistema es el desafío real del presente y del futuro que justifica el concepto de sociedad de riesgo.[20]

Se debe considerar que los problemas del medio ambiente ya no son problemas del entorno, sino problemas sociales, problemas del ser humano, del sujeto con su historia, condiciones de vida, referencia al mundo y a la realidad[21] en la que se desenvuelve. El ordenamiento económico, cultural y político, la modernidad avanzada tiene como consecuencia central que la sociedad con todos sus sistemas parciales (economía, familia, política y cultura) ya no se puede comprender de una manera autónoma respecto de la naturaleza.


El sujeto y las sociedades diversificadas
El actor deja de ser social, se vuelca sobre sí mismo y, se define por lo que es y ya no por lo que hace[22]. (Touraine, 1997)

Cuando la actividad económica se globaliza, contribuye a la formación de nuevos órdenes institucionales, reforma los órdenes existentes, mediante las prácticas de los actores económicos globales (empresas, mercados internacionales).[23]

El crecimiento de los mercados globales financieros y de servicios especializados, la necesidad de las redes transnacionales de servicios debido al importante aumento de las inversiones internacionales y la reducción en las funciones estatales para la regulación de la actividad económica internacional.[24]

El crecimiento de las redes transfronterizas entre las ciudades globales se da en una gran variedad de esferas: la política, la cultural, social y la penal. Estas formas de articulación extra estatal presentan múltiples referentes empíricos divididos en distintos componentes, en los económicos el aumento de la cantidad de fusiones y adquisiciones internacionales, se detecta la proliferación de circuitos globales para actividades económicas especializadas.[25]

La globalización económica no se limita a los movimientos transfronterizos de capitales que son destacados en enfoques sobre inversiones y el comercio internacional.[26] También son importantes la movilización de los recursos humanos y la capacitación y especialización de los mismos, como también la fuga de cerebros y la migración de mano de obra menos calificada de los países pobres, hacia los países que pueden presentar mejores perspectivas de vida.

La inversión extranjera y los flujos de capitales presentan una clara tendencia a la dispersión geográfica.[27] Así es que como vemos mencionado, el movimiento de la mano de obra, tanto la mas como la menos calificada, se mueven geográficamente, buscando mejores oportunidades de vida, en términos económicos, lo que no siempre se traduce en mejores y más tranquilas condiciones de vida, social y culturalmente hablando.

La expansión de los mercados globales de capitales y servicios especializados, así como el incremento de las inversiones internacionales, ha contribuido a una ampliación de las funciones de control y el aumento en la demanda de servicios especializados para las empresas.[28] Pero, según Skocpol (cit. en Sassen) el Estado sigue siendo el principal titular de la autoridad legítima en los espacios territoriales de la nación. Por lo tanto la facultad del Estado de realizar ciertas tareas específicas – como controlar la inflación o ejecutar las obligaciones contractuales – constituye el mecanismo de control en el sistema económico.[29]

Es así, que aun cuando se expandan los mercados de capital y de servicios, en el centro de la discusión sobre la modernización, todavía se encuentra la importancia de respetar los derechos de los individuos, del sujeto, como actor de todos los procesos.

El crecimiento de cada país, está directamente relacionado con su inserción internacional.[30] En el contexto de la globalización, para que un sector sea rentable, deberá participar en un nueva estructura organizacional, como una mezcla de competencia oligopólica (pocos oferentes en un sector industrial o comercial), redes globales de cooperación entre transnacionales y entre estas empresas y el Estado, quien en definitiva promueve y financia los proyectos para la innovación, orientada particularmente al rubro de la defensa.[31]


Los medios de comunicación y el sujeto
“Lo contrario de la felicidad, la infelicidad, se nos impone con la misma fuerza”[32] (Touraine, 1997)

Los medios de comunicación internacionales crean o amplifican movimientos de opinión que se alejan cada vez más y más de los movimientos sociales, y en los cuales unos grupos reales, embarcados en conflictos directos, pueden medir a cada instante los costos y los beneficios de una acción colectiva[33]. Este tipo de acción colectiva, es siempre el resultado de un consenso o pacto entre los sujetos, actores de su propia historia.

Una sociedad mundial sin estado, a riesgos, amenazas, desventuras presentados fuera de todo contexto social o político concreto[34], se presenta en la disociación de la economía y las culturas que conduce o bien a la reducción del actor a la lógica de la economía globalizada, al triunfo de una cultura global o bien a la reconstrucción de identidades no sociales, fundadas sobre pertenencias culturales y ya no sobre roles sociales[35].

Los medios de comunicación son precisamente los reproductores tanto de las desigualdades entre sujetos, como entre colectividades; y también, son los responsables de que las tecnologías de información y comunicación lleguen a los lugares más inhóspitos del mundo.

Un ejemplo claro es que, cuanto más se ensancha la cobertura de internet, la conectividad, en los países en vías de desarrollo, como en los subdesarrollados, más rápidamente van imitándose las características, modo de vida y hasta los vicios de los países desarrollados. El sujeto va convirtiéndose en un ser consumista e imitador de costumbres.

El proceso de desarrollo económico tiene un estado inicial y uno final, por lo tanto, la sociedad actual es una sociedad en transición, de una sociedad tradicional a una desarrollada, tomando como modelo a los países desarrollados.[36] Es aquí, donde los medios de comunicación juegan el papel crucial de dar a conocer las experiencias de los países desarrollados y que los subdesarrollados, como los en vías de desarrollo apliquen sus estrategias, ajustándolas a sus propias realidades e idiosincrasias.


Conclusiones

“El poder de mercado de cada empresa (también de un país) depende del lugar que ella ocupa en la cadena de valor de la producción (de la economía mundial globalizada) y de su capacidad de innovación”[37] (Calderón, 2003)

Al principio de la historia, aprendimos a pensar nuestra historia en términos políticos, luego la interpretamos a la luz de la economía y las relaciones sociales de producción, ahora tenemos que analizarla y construirla en términos culturales.[38]

La idea de sujeto tiene sus raíces en la experiencia vivida, en aquello que identifica a un individuo como sujeto, constituido y constructor de sí mismo. Está constantemente presente como una fuerza o, al contrario, como una ausencia, cuando uno se siente privado de sí mismo, no amado, no comprendido.[39]

Para responder a la pregunta ¿cómo podemos vivir juntos?, necesita ser analizada desde el punto de cómo podría combinarse la igualdad y la diversidad, buscando la manera en que la asociación de la “democracia política y la diversidad cultural” estén fundadas en el principio de la libertad del Sujeto[40].

No hay sociedad multicultural posible sin el recurso a un principio universalista que permita la comunicación entre individuos y grupos social y culturalmente diferentes y ese es el llamado a libre construcción de la vida personal ya que no impone ninguna forma de organización social y prácticas culturales[41].

El hecho de “vivir juntos, iguales y diferentes” implica que se deben reconciliar la razón y las culturas, la igualdad y las diferencias en cada proyecto de vida individual y colectiva. Esta recomposición del mundo se efectúa en cada uno de nosotros a través de dos operaciones complementarias: la rememoración y el distanciamiento.

La rememoración hace volver al campo de nuestra experiencia lo ausente, expulsado o degradado, aquello que fue censurado por infantil o primitivo a los ojos de la civilización técnica, o lo clasificado como utópico o dominante por los dominados[42], buscando la manera de revivirlos, obteniendo de estos, lo que sería útil para la convivencia con los otros grupos diferentes, al que pertenecemos.

El distanciamiento se refiere a la capacidad de los grupos de defender sus particularidades, combinándolas con las de los otros grupos, conviviendo dentro de una sociedad moderna y globalizada, donde cada uno forma parte de la gran “mezcla” que hace que se enriquezcan unos a otros.

En un mundo atravesado por intercambios culturales intensos, no hay democracia sin reconocimiento de la diversidad entre las culturas y las relaciones de dominación entre ellas. Hay dos elementos importantes: reconocer la diversidad de las culturas y la existencia de una dominación cultural. Separados el uno del otro, los dos aspectos de la concepción multiculturalista se deforman, ya que lucha de minorías culturales puede llevar a comunitarización y volverían a subordinarse y el reconocimiento de diversidad puede llevar a autosegregación de culturas en sí misma[43].

Entre los otros aspectos del multiculturalismo debe reconocerse que las relaciones de dominación están presentes. Principalmente, son las minorías quienes sienten necesidad de independencia. Por ello decir que la diversidad es de por sí riqueza social sin profundizar en que no todos los grupos o países son autónomos o libres es superficial[44].

Cabe señalar durante el mismo periodo, el de la modernización, la jerarquía alcanzada por los países desarrollados y sus empresas, en las estructuras de poder dentro de los nuevos sistemas de organización de la producción y el comercio, se debe básicamente al intenso aprendizaje focalizado en la formación profesional y a la absorción activa de tecnología. Esto es precisamente lo que contrasta con la carencia observada en América Latina, y que contribuye a los bajos índices de productividad, competitividad internacional y volatilidad de crecimiento[45], además de otros rasgos de subdesarrollo y atraso.

La literatura explora que hay diferencias en la manera como cada país gestiona su inserción en la economía global, tales diferencias dependen de un conjunto de capacidades que pueden facilitar o dificultar una gestión del proceso en función de objetivos de equidad.[46] Sumado a las propias características y a la identidad de cada sociedad, dentro de la “economía mundo capitalista” (Wallerstein).

Hasta ahora, en algunos países y sociedades, prevale la concepción que no se pueden considerar legítimos aquellos “derechos” que el Estado y la economía no podían satisfacer.[47] Estos aspectos solo hacen que se vuelva aun más peligroso asumir que los temas de la modernidad, hoy, se refieren a la distribución de los riesgos en la sociedad.[48]

Por último, “la ciencia, puede y debe tener una función emancipadora para los países subdesarrollados. La realización de esta posibilidad depende de su capacidad de integrar los objetivos empíricos, teóricos y prácticos del conocimiento”[49]


Bibliografía

SOLARI, A. JUTKOWITZ, J. FRANCO, R. Teoría, acción social y desarrollo. Siglo XXI, México 1976.
BRICEÑO-LEON, R y SONNTAG (eds.) El legado de la sociología, la promesa de la ciencia social, Inmanuel Wallerstein, Nueva Sociedad 1999
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BURAWOY, MICHAEL, Por una sociología pública, Política y Sociedad, 2005, Vol. 42 Núm. 1: 197-225.
FARIAS, FERNANDO, La sociología chilena en la década de los noventa. Cinta de Moebio, marzo No. 19, Universidad de Chile. (en pdf)
CAMEJO ROJAS, Y., El debate actual en las ciencias sociales latinoamericanas, Serie Bibliográfica, FOBAL CS, Nº3, Caracas, 1996.
PORTES, A El neo-liberalismo y la sociología del desarrollo: tendencias emergentes y efectos inesperados, Revista Perfiles Latinoamericanos, No 13.
GARRETÓN, M. A., Las ciencias sociales en Chile. Institucionalización, ruptura y renacimiento.
WALLERSTEIN, IMMANUEL (COORD.). Abrir las Ciencias Sociales. Comisión Gulbenkian para la reestructuración de las Ciencias Sociales. Ed. Siglo XXI, 1996.
CASTELLS, M. La era de la información. Economía, sociedad y cultura. 3 vols. Alianza Editorial, España 1997.
TOURAINE, A. ¿Podremos vivir juntos? Iguales y Diferentes. Fondo de Cultura Económica. 1997
BECK, U. La sociedad del riesgo. Paidos, Barcelona, 1998.
BECK, ÜLRICH. ¿Qué es la globalización? Editorial Paidós, 1998.
CALDERON, FERNANDO (coordinador). ¿Es sostenible la Globalización en América Latina? Debates con Manuel Castells. Volumen I. CEPAL, 2003.
CASTELLS, M. Globalización, Identidad y Estado en América Latina. PNUD. Santiago. 1999. En Internet: http://mirror.undp.org/chile/desarrollo/textos/otraspub/Pub01/IDyest.pdf
OCAMPO, J.A., (coord.) América Latina y el Caribe en la era global, CEPAL, Alfaomega, Bogotá, 2004 (caps. 1 y 5)
SASSEN, SASKIA. Una sociología de la globalización. Ed. Katz, 2007

jueves, 29 de octubre de 2009

El capital social como herramienta de Desarrollo

El capital social como herramienta de Desarrollo

Sergio Legal Cañisá

Universidad de los Andes, Bogotá-Colombia

1. Introducción

La producción es un elemento común de la economía independientemente de la sociedad y de la época[1], en un enfoque economicista se la considera centro de interés y se la asume como medio importante para la búsqueda de un desarrollo integral de la sociedad que tiene como base la producción de bienes y servicios[2]. Así surgen las conexiones entre la actividad productiva (la producción) y otras actividades, factores, procesos y elementos de la vida humana y social.

Así en la producción se tienen 4 tipos de enlaces: (i) las que alimentan a la producción de un bien o servicio, como son los factores productivos (recursos naturales, recursos humanos, capital físico, tecnología y leyes gubernamentales), donde la adecuada interacción entre ambos determina el uso sustentable de los recursos naturales, el aprovechamiento saludable del capital humano, la explotación racional del capital físico y el desarrollo de la tecnología, (ii) las que resultan de la producción del bien o servicio, como son el surgimientos de nuevos productos, mejoras en la calidad de los bienes y servicios, mayor cantidad de producción en menor tiempo, (iii) la interacción entre factores productivos y el resultado de la producción de un bien o servicio entre las que se encuentran mejoras en los procesos de obtención de recursos, mejoras en los procesos productivos, mejoras en los procesos de logística, mejora en los procesos de comercialización, (iv) elementos de la vida humana y social, como es la satisfacción de alguna dimensión humana gracias al consumo del bien o el servicio producido.

Los cuatro enlaces influyen en la forma en que el ser humano percibe la realidad, pero los enlaces (i) y (iv) son determinante en la economía actual, porque se conecta a la vida humna por el plano de mercado. Se encuentra así que una producción económica que no incluya los aspectos ambientales y sociales es percibida por la sociedad como un MAL puesto que genera daño ambiental (contaminación) y una destrucción social (inseguridad, enfermedad, pobreza), sin embargo una producción económica que interactué con los aspectos ambientales y sociales se percibe como un BIEN ya que contribuye a conservar el medio ambiente (ambiente saludable) y se logra estabilidad social (paz social).

Se entiende, a partir del análisis anterior, que el centro basado en la producción y que se conecta a través del mercado genera daño al medio ambiente y problemas sociales, existencia de dilemas, los cuales deben ser solucionados. Para corregir estas fallas de coordinación y mantener una producción sustentable generalmente se recurre a la acción gubernamental (subsidios e impuestos)., pero las políticas gubernamentales enfocadas a resolver estos conflictos son insuficientes porque también des-coordinan, ya que la resolución del dilema ambiental genera un aumento del dilema social y viceversa, especialmente en los países en desarrollo que poseen bajos niveles de institucionalidad (estado ausente).

Estas características encontradas demuestran: (i) que la producción reducida al plano de mercado es excluyente y asume como legitima la presencia de ganadores y perdedores dentro de la sociedad, y (ii) que las políticas gubernamentales no son en si mismas eficaces para resolver los dilemas. Estas situaciones motivan las preguntas que serán respondidas en el ensayo:

¿Cómo se resuelven los dilemas en producción, medio ambiente y sociedad en post del desarrollo humano?

¿Existe desarrollo cuando hay ganadores y perdedores?

2. El ser humano en el centro

La incapacidad de responder estas interrogantes cuando se pone en el centro la PRODUCCION DE MERCADO lleva a reflexionar sobre la validez de este argumento y hace persibir que existen caracteristicas del SER HUMANO que no son contemplados por el análisis tradicional, no se capta toda la información, ya que este posee multiples dimensiones y al ser reducido a una sola dimensión se genera una incoherencia en la percepción de realidad, y dependiendo de a que dimensión se reduzca al SER este puede ser percibido como: un ganador, un perdedor, un ambientalista, un economista, o incluso puede no existir ya que según Albert Einstein todo es relativo dependiendo de la posición del observador con respecto al objeto centro, porque sólo se contempla el mecanismo de transmisión de información.

A partir de esta situación se vuelve importante el CENTRO HUMANISTA ya que se logra resolver la falla de coordinación con respecto a la producción, el medio ambiente y la sociedad en un punto de consenso común, el SER HUMANO, y a partir de ahí se puede afirmar en términos de Amartya Sen que las formas para lograr el DESARROLLO son RELATIVAS, pero las privaciones para la muerte son ABSOLUTAS[3].

2.1. El capital social como factor integrador del desarrollo.

Considerando el centro humanista se concibe al CAPITAL SOCIAL como herramienta de desarrollo, el cual se conceptualiza como: instituciones, relaciones, actitudes y valores que gobiernan las interacciones entre las personas y puede contribuir al desarrollo (Grootaert y van Bastelaer, 2001). Este concepto permite ver al capital social como un elemento unificador de espacios de interacción humana con el cual se pone énfasis en el papel de las relaciones sociales, de las redes, de las normas y de los valores como elementos de la dimensión humana que permiten entre otras cosas: aumentar la producción económica, mejorar la prestación de servicios sociales y administrar eficientemente los servicios ambientales.

2.1.1. El capital social, la actividad económica, las políticas sociales y ambientales.

El capital social, la actividad económica, las políticas sociales y las políticas ambientales logran la unificación en el SER HUMANO y revelan la síntesis sistémica necesaria para la acción colectiva el comportamiento cooperativo voluntario. Esto hace que las personas se conviertan en ganadoras y que no éxiste perdedores porque ellas mismas participan en la solución de un conflicto común o en la construcción de un objetivo común. Este argumento permite entender que el capital social sierve para: producir con mayor eficiencia bienes y servicios (dimensión económica), administrar en forma más eficiente los recursos naturales (dimensión ambiental) y aumentar la efectividad en la aplicación de las políticas sociales (dimensión social).

2.2. El punto de partida de las políticas de fortalecimiento de capital social para el desarrollo de la comunidad

El punto de partida de las política de fortalecimiento de capital social implican el uso al MÁXIMO NIVEL del capital social disponible en la comunidad con esto se enfatiza la existencia de cierto nivel de capital social en las comunidades el cual es susceptibles de ser fortalecido. El capital social existe y se fortalece gracias a la administración comunal de Recursos ambientales de Uso Común (RUC), por ejemplo, cuando se administra comunalmente la explotación de una laguna o un bosque, el capital social también se fortalece cuando se administra comunalmente servicios sociales,por ejemplo, cuando se administra comunalmente una escuela o colegio. Este capital social puede ser transferido dentro de la comunidad de un sector a otro, por ejemplo: al sector de la salud, a la provisión de agua potable, a la electrificación y al desarrollo de empresas asociativas. Por lo tanto, la implantación de políticas de fortalecimiento de capital social para el desarrollo implica construir desarrollo desde las personas y para las personas en un proceso que va de abajo hacia arriba.

3. Conclusiones

Se concluye que el capital social se convierte en una herramienta de alta potencialidad para aumentar la eficiencia de las políticas económicas, sociales y ambientales ya que coordina los diferentes aspectos del ser humano en torno a un objetivo común de cooperación, el desarrollo, donde la estrategia cooperativa (ganar-ganar) se convierte en una asignación justa para todos los miembros de la comunidad. Así las políticas de fortalecimiento de capital social se convierten en una nueva vía y en una esperanza para el mejoramiento de la sociedad.

Es importante mencionar aquí que el enfoque tradicional del fortalecimiento del capital social, como política unificadora, se basa en utilizar al máximo el capital social disponible de la comunidad para así poder implementar programas de desarrollo. Pero, esa visión no contempla el papel del capital social como elemento coordinador de el dilema de lo global con lo local, en las comunidades, lo cual despierta el interés para una futuras investigacion.

4. Referencias

Axelrod, R. y W. Hamilton (1981). “The evolution of Cooperation”. Science

Cárdenas, J.C. (2009). “Dilema de lo colectivo: Instituciones, pobreza y cooperación en el manejo local de los recursos de uso común”. Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia.

El ser humano el verdadero centro, Un Paraguay mejor es Posible. Fecha de publicación del artículo: 22 de setiembre de 2009. Consultado el 8 de octubre de 2009. http://unparaguaymejoresposible.blogspot.com/2009/09/el-ser-humano-el-verdadero-observador.html

Grootaert, C. y T. van Bastelaer (2001), “Understanding and Measuring Social Capital: A Sintesis of Findings and Recommendations from the Social Capital Initiative” Social Capital Initiative, Working Paper 24, The World Bank, Washington DC.

Molinas, J. R. (2002). “Innovaciones en la política social: el papel del capital social”. Instituto Desarrollo, Asunción, Paraguay.

Ostrom, E., Gardener, R., &Walker, J. (2006). “Rules, games and common-pool resources”. U. Michigan Press.



[1] Profesor Alberto Maldonado, 12 de agosto de 2009

[2] Profesor Juan Manuel Gonzales, Términos de referencia exámen parcial

[3] Profesor Andrea Lampis, clase del 26 de setiembre de 2009


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martes, 13 de octubre de 2009

Paraguay: Ciencia de Vanguardia Mundial

La única razón común de felicidad que tenemos todos los paraguayos actualmente es la selección paraguaya de futbol. El "team campeón" despierta nuestro espíritu patriótico y ganas de ser los mejores. Hoy tenemos 4 clasificaciones seguidas, un verdadero ORGULLO.

Pero, cuando hay que hablar de otros temas los cuales involucran nuestro desarrollo como país, la mayoría de nosotros no sabemos que pensar o que hacer; generalmente se alega la presencia de algo llamado CRISIS.

Para entrar en contexto les quiero contar dos cosas:

(i) El comité científico dió el premio nobel de la PAZ, a Barack Obama

"for his extraordinary efforts to strengthen international diplomacy and cooperation between peoples"

http://nobelprize.org/nobel_prizes/peace/laureates/2009/

(ii) El comité científico dió el premio nobel de Economía a Elinor Ostrom

"for her analysis of economic governance, especially the commons"

http://nobelprize.org/nobel_prizes/economics/laureates/2009/

Una vez sabido lo anterior es importante entender que el desarrollo es relativo pero la privación es absoluta (Sen y Taussen, 2000). Aquí la paz contribuye al desarrollo humano absoluto porque evita la guerra que causa muerte y además contribuye al desarrollo humano relativo porque al igual que la economía ayuda a satisfacer la libertad de expresión, con lo que se consigue aumentar las capacidades humanas.

Es así que coordinación entre la cooperación y el autogobierno para los recursos Recurso de uso común se constituyen los elementos necesarios para la acción colectiva, donde la síntesis sistémica se obtiene a través del comportamiento cooperativo voluntario, lo que hoy en día es la definición de CAPITAL SOCIAL (Fukuyama, 2000).

En Paraguay la resolución de conflictos del desarrollo humano, a través del capital social, se hace desde el año 2002. La organización responsable de estas acciones ha sido el Instituto Desarrollo www.desarrollo.edu.py que coordinó soluciones a dilemas del desarrollo en los municipios de Carapegá, Ñemby y Yaguarón.

Este tipo de logro a nivel mundial nos hace crecer como nación y nos da fuerzas para decir que en PARAGUAY a pesar de las LIMITACIONES políticas, económicas y sociales se logra hacer CIENCIA DE VANGUARDIA MUNDIAL. Este es un claro ejemplo para de dejar de culpar al Estado, al Mercado, a la Historia, a la Familia, a los Amigos, a Dios o al Diablo de nuestros fracasos como país. Este es el momento para OLVIDAR a la ciencia PARAGUAYA como medio para: (i) aumentar el status social individual, (ii) y ganar más dinero. Es tiempo de comprender a la CIENCIA como un MEDIO para el MEJORAMIENTO DE LA SOCIEDAD donde todos GANAMOS.

Si te niegas a pensar en esto probablemente entiendes que la tierra es plana y no circular, y muy seguramente crees que esta quieta.

Para más información mirar:

http://www.youtube.com/watch?v=Dvqgw4i3FyM

http://www.youtube.com/watch?v=dpZOaTr4zr0&feature=related

http://www.youtube.com/watch?v=WcGPQ5_j4Ys









Esta es la opinión personal de Sergio Legal Cañisá cualquier error o equivocación es absoluta responsabilidad del autor.


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