lunes, 12 de julio de 2010

La participación de la SOCIEDAD PARAGUAYA en el Mundial de fútbol Sudáfrica 2010


El fenómeno que desarrollo la selección paraguaya de fútbol en un contexto global como se mencionó en el blog publicado el 6 de julio de 2010 debe ser entendido de una manera alentadora; pero, también sería ética e intelectualmente perverso no hacer una autocrítica reflexiva como miembros de la sociedad sobre los comportamientos y sobre los acontecimientos observados en la vivencia de este "nuevo contexto social" dentro del país.

Analizando comportamientos y hechos observados en diferentes partes de la sociedad paraguaya se encuentra que en su gente existe: (i) una necesidad de dignificación consecuencia de un pueblo que continua sufriendo una crisis de autoestima herencia de varios fracasos a nivel país, (ii) una necesidad de expresión de libertades reprimidas consecuencia de un proceso dictatorial que ya no existe en el gobierno pero sí permanece en el imaginario colectivo, (iii) una necesidad de identificación con la justicia inspirada en la confiaza  lo cual es consecuencia varias injusticias sociales que vivimos los paraguayos en el País y alrededor del Mundo (iv) una necesidad de esperanza en un país mejor resultado de la incapacidad de las organizaciones del Estado, del el Sector Empresarial, de las Universidades, de los Institutos de Investigación, de las Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) y de Centros Culturales para trasladar por si mismas el protagonismo del DESARROLLO al ciudadano en la construcción de un Paraguay mejor.  

En el mismo margen de ideas, sin negar la tradición futbolística del Paraguay, los elementos encontrados en el análisis anterior nos permiten entender la causa del porque la mayor proporción de las actividades políticas, económicas, publicitarias, artística e incluso actividades en las redes sociales electrónicas de los paraguayos se centró y probablemente se seguirá centrando en el fervor  y admiración  a la SELECCIÓN PARAGUAYA de fútbol, a sus futbolistas, a su técnico y a sus futuras participaciones en torneos. Pero, centrarse simplemente en el fervor y en la admiración ALBIRROJA muchas veces NO IMPLICA REFLEXIÓN sino solamente SENTIMIENTO lo cual nos lleva a una situación PREOCUPANTE puesto que surge la EXCUSA PERFECTA para que en nombre de “Paraguay” y “gracias a las emociones liberadas por la Albirroja” se lleven a cabo ACTOS OPORTUNISTAS, donde: (i) se comience a incrementar la destrucción de RECURSOS NATURALES y la usurpación de ESPACIOS PÚBLICOS en post del “trabajo, la producción, la inversión y el turismo ”, (ii) se incurra en un comercio injusto y poco competitivo a favor del supuesto “patriotismo paraguayo”, (iii) se incremente los actos delictivos para buscar una aparente “justicia social”, (iv) se involucionen leyes para conseguir “salvar la democracia paraguaya”, (v) se involucionen normas de pro-socialidad generando comportamientos anti-sociales como por ejemplo “desnudos artísticos” en lugares insignes de nuestro país en busca de intereses personales de una persona o grupo (vi) y se comience a  priorizar solamente el “deporte”, como modelo a seguir, dejando de lado la importancia de educación y la cultura dentro de la sociedad paraguaya.

Siguiendo en la línea reflexiva y reduciendo lo máximo posible la parte emocional el mensaje que se puede interpretar del conjunto de comportamientos, hechos y actitudes incurridos por la sociedad paraguaya antes, durante y después del Mundial de fútbol de Sudáfrica 2010 es contundente y nos dice: si no se fortalece adecuadamente la posición del Estado paraguayo en defensa del interés GENERAL sobre el interés PARTICULAR, en el cual tod@s los paraguayos ganan cuando no se viola ningún DERECHO HUMANO, y si además no se culturiza a la población en el autogobierno ciudadano en post del el cumplimiento de las leyes y normas de convivencia social se puede llegar a una situación social, ambiental, económica, educativa, cultural y política peor de la que se percibe actualmente.  



Publicado por: Sergio Legal Cañisá. Fecha: Lunes 12 de julio de 2010.
 
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